Diabetes: El dulce asesino
A todas las personas les gustan los dulces.
Tortas, pasteles, galletas, helados, caramelos, con algunas de las cosas que no
pueden faltar en la dieta de la mayoría de los países. En fiestas de cumpleaños
son el plato principal o un postre en la tarde solo o acompañado por un ser
querido es algo agradable para muchos.
Pero ese lado dulce esconde un lado oscuro y
es justamente su excesivo consumo el que conlleva a muchas enfermedades. A
diferencia de lo que muchos piensan, la diabetes no da por comer demasiados
dulces, sino porque una hormona especial encargada de eliminar el exceso de la
sangre deja de funcionar, acumulándose todo este azúcar en el cuerpo.
La insulina es producida por el páncreas y no
existe otro órgano que lo haga. Se encarga principalmente de llevar la glucosa
al músculo donde es convertida en energía para poder movernos y hacer nuestras
actividades cotidianas. En algunas personas, factores genéticos influyen y en
algún momento de la vida, el páncreas deja de funcionar y es en ese momento
cuando se diagnostica la diabetes. Pero hasta hace unos años, se descubrió que
personas sin antecedentes también pueden contraer la enfermedad debido al
sobrepeso, mala alimentación y sedentarismo desde niños.
La diabetes tipo 2 es donde el paciente tiene
resistencia a la insulina, esto quiere decir que la persona la produce, pero no
ejerce sus funciones normales o su producción es escasa y el cuerpo no la puede
aprovechar, o los receptores están dañados, provocando que el azúcar se quede
en la sangre. Esto puede provocar desde obesidad hasta problemas reproductivos.
Existen otros tipos de diabetes como la
gestacional que se manifiesta durante el embarazo o después del parto y la
mixta, con síntomas de diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2. Indiferentemente de
que tipo sea, no existe una cura, solamente tratamientos de por vida para
ayudar a la persona a controlar su enfermedad, como la insulina inyectable.
Existen posibles tratamientos que pueden
curar la enfermedad, pero están en periodo de experimentación como lo es el uso
de células madres, pero mientras tanto, las personas deben cuidarse para no
enfermarse y tener que sufrir los males subyacentes que son peores que la
diabetes misma. Gangrenas, perdida de la visión, problemas cardíacos y en los
riñones, son algunos de los problemas que los diabéticos suelen enfrentar.
Como en todo, existe la prevención y esto
puede significar la diferencia entre enfermarse o no. Comer sanamente sin
excesos, no consumir productos procesados como refrescos o comidas
prefabricadas, eliminar la comida chatarra, tomar suficiente agua, vitaminas y
hacer ejercicio, son algunas de las recomendaciones que se sabe pueden ayudar a
evitar contraer la diabetes. Tristemente estos hábitos no están en la mente de
la gente y no toman las previsiones que a largo plazo les ayudaran a tener una
vejez saludable.
Las personas que lamentablemente ya la
sufren, deben incrementar sus cuidados para así aminorar los riesgos de sufrir
otras enfermedades como las arriba descritas, ya que estas son las que
realmente acaban con el diabético y no la diabetes misma.
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