El Oregano en la cocina

Aunque es un componente esencial que se encuentra en un gran número de recetas clásicas de la cocina italiana, el uso del orégano en la cocina española está también muy extendido, al ser esta hierba un ingrediente básico en todo tipo de preparaciones de la popular cocina mediterránea en general y de la gastronomía española en particular. Su inconfundible aroma lo ha convertido en un elemento muy apreciado por los mejores cocineros de todo el mundo, y no existe nombre destacado de la cocina que no lo emplee en alguna de sus creaciones más populares.

 Las hojas de esta hierba se utilizan tanto frescas como secas, siendo este último estado el más común debido en gran parte a que el proceso de secado concentra su sabor y lo hace aún más aromático.

 El orégano casa muy bien con otro tipo de hierbas y especias, por lo que es muy habitual encontrarlo acompañado de romero, tomillo o perejil, sobre todo cuando se utiliza para la elaboración de salsa, como la popular salsa de tomate que se extiende sobre las pizzas. También se añade a ensaladas, vinagretas y fondos de guisos de pescado y carne, lo que lo ha convertido en un imprescindible en los armarios especieros de todo el mundo.

Algunas recetas relativamente sencillas incrementan mucho su nivel de sabor y calidad tan solo añadiéndole un poco de orégano seco, como los filetes de pescado a la plancha, que con un chorro de aceite de oliva y un poco de esta hierba espolvoreada por encima pasan de ser un plato tosco y seco a todo un manjar digno de las mejores mesas de restaurantes de categoría superior.

A todo esto se añade el hecho de que el orégano tenga unos grandes niveles de vitaminas y minerales, algo que ha sido muy apreciado por culturas de todo el mundo y en todas las épocas de la historia.

El orégano es una de las plantas más utilizadas en la cocina, la industria cosmética y como hierba medicinal desde tiempos inmemoriales. Ya se describía en algunos documentos de la época de la antigua Roma como hierba aromática en la preparación de una gran cantidad de platos.

Era habitual quemar un poco de orégano con tomillo y menta sobre un brasero. Se cogía una pequeña cantidad con los dedos y se arrojaba a las brasas, para desinfectar el aire en épocas de epidemia para evitar contagios.

El orégano también se usó en lo que podemos denominar como el abuelo de las pizzas modernas, preparando una pasta de pan en la que se incorporaban hierbas aromáticas.

Las leyendas cuentan que Afrodita, diosa del amor, fue la responsable de plantar los primeros tallos de orégano, y que fue ella quien le aportó el olor que tiene.

Leyendas aparte, hablamos de una planta con una cantidad muy grande de posibilidades debido a sus propiedades antioxidantes, antisépticas y antimicrobianas, por lo que no resulta extraño que se haya usado desde hace siglos como uno de los remedios más recomendados para tratar la tos y algunas infecciones cuando no se conocían los medicamentos sintéticos.

 

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